EN EL INICIO Y LOS DÍAS V
Génesis 1:28
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra
Dios bendice por segunda vez al hombre y la mujer. Lo hizo a través del mandato para que fructifiquen, se multipliquen y llenen la tierra. Para señorear sobre todo lo creado!
Estableció la Mayordomía del hombre sobre todo lo Creado.
Según la naturaleza superior del Eterno, la Mayordomía estaba dirigida a asegurar la paz y la armonía entre todos los seres vivientes.
Génesis 1:29
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.
Dios extiende su bendición para que puedan comer de toda planta y de todo árbol en el que haya fruto, con la condición que den semilla.
Génesis 1:30
Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.
Dios amplió su bendición al hombre y la mujer con poder sobre todas especies de la tierra. Y les dio toda planta verde para comer.
Y fue así.
Queda reflejada la condición de vegetarianos de los primeros humanos creados, ya que no precisaban de los nutrientes que se encuentran en la carne.
Lo mismo sucedió con todos los animales creados.
La modificación de la dieta de las especies, se produjo luego del Diluvio, cuando pudieron comer carne pero sin sangre.
Génesis 1:31
Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
Lo que antes había sido considerado bueno por Dios en cada día de Creación, se transforma en el sexto día en una evaluación colectiva: Era bueno, en gran manera!
En un grado superlativo que solamente puede entenderse desde su condición de Todopoderoso!
Era el día sexto.
Génesis 2:1
Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.
Así terminó Dios su Creación, tanto lo que vemos como lo que no vemos.
Dios había acabado su obra! Su Creación, ex nihilo, a partir de la nada!
Dios había concluido su Creación, específica y únicamente reflejada en el verbo bará.
Génesis 2:2
Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.
En el séptimo día Dios había terminado su Obra y la palabra reposo tiene en el original hebreo su auténtica explicación: Sabbath. Este reposo debemos interpretarlo los hombres como un estado de tranquilidad, de paz y también de felicidad, frente a su Presencia.
Resulta obvio destacar que el reposo de Dios no estaba relacionado con la fatiga de la Obra realizada, sino con la necesidad de enseñar a los hombres sobre esta cuestión.
El Todopoderoso no descansó según el humano pensamiento, sino que prosiguió con su obra alimentando a toda su Creación.
Génesis 2:3
Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
Dios bendijo el séptimo día, santificándolo porque Él había concluido su Obra y en especial a la joya de su Creación: El hombre.
Puede compararse simbólicamente esta forma de descanso, de reposo, con lo mencionado en la Epístola a los Hebreos 4:3-6.
Diego Acosta