LA BIBLIA ENSEÑA

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LA REBELDÍA Y LA CAÍDA HOMBRE – VII

Génesis 3:7

Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

Brutal conocimiento de nuestros padres de cómo es de cruel la obra de Satanás. Luego de comer el fruto del árbol prohibido, advirtieron que aquello que era un resplandeciente lugar del bien ahora estaba contaminado por el mal.
Esta es la primera aparición en la Biblia de lo que llamamos “conciencia”. Gracias a ella Adán y Eva descubrieron que sus sueños de poder, de ser iguales a quién los había Creado, eran una torpe mentira que ellos habían aceptado dándola por buena. Habían decretado por comer algo que no debían, el fin de la inocencia que los había hecho compartir con Dios el maravilloso espacio del Edén. La inocencia, ellos la habían hecho real cuando estaban desnudos y no se avergonzaban, Génesis 2:25.
Ellos habían contaminado sus propias vidas y también la Tierra que habitaban. Es notable advertir como un acto de maldad afecta a los inocentes. En este caso: La Tierra y los seres que la habitaban.
Este ejemplo lo debemos de tener presente siempre porque todos los actos tienen sus consecuencias, tanto en lo personal como en lo colectivo.
La inocencia perdida y la propia conciencia de haber hecho el mal, les había llevado a comprender que estaban desnudos, es decir tenían vergüenza de sus cuerpos. El mal comenzaba a manifestarse en los primeros seres de la especie. Ya no disfrutaban de sus cuerpos desnudos, sino que ahora se avergonzaban por ellos.
Tanto Adán como Eva nos dieron el primer ejemplo de lo que significa el intento de ocultar un acto de maldad, de fingimiento ante los demás. En este caso nada menos que frente a Dios. Por eso apoyándose en la recientemente adquirida conciencia trataron de disimular su desnudez, para lo que utilizaron hojas de un árbol que había perdido la inocencia por ellos.
Desde entonces los hombres tratamos de ocultar nuestra vergüenza para no ser vistos como pecadores, como hacedores del mal.
La conciencia nos lleva a distinguir entre el bien, entre lo que es correcto que hagamos y aquello que representa el mal, en cualquiera de sus manifestaciones, en cualquiera de sus formas.
Recordemos, tenemos conciencia como consecuencia de un acto inicial de Adán y Eva, que pretendiendo ser iguales a Dios, cayeron en las redes de la seducción, la tentación y la mentira de Satanás.

Diego Acosta

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