GÉNESIS 7
LA PRIMERA TRAGEDIA MORTAL DE LA HUMANIDAD
Adán y Eva comienzan a vivir como seres mortales fuera del Edén, tras el episodio de comer un fruto del árbol prohibido, a instancias de Satanás.
Génesis 4:1
Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.
Eva comenzó a ser la madre de la humanidad. En la Biblia se utiliza la palabra conocer, para hablar de las relaciones sexuales entre el hombre y la mujer, legitimada en la unión matrimonial.
Debe destacarse que la exclamación de Eva, revela que a pesar del pecado cometido junto con Adán, Dios seguía siendo Misericordioso con ellos y les había concedido nuevamente el soplo maravilloso de la vida, como se revela en el Libro de los Hechos de los Apóstoles, 17:25.
El nombre del hijo recién nacido, merece una explicación. Por aquellos tiempos todavía no se utilizaba el hebreo para la escritura de las cosas relacionadas con Dios y se utilizaban lenguas derivadas del sumerio y del acadio. Por tanto el nombre de Caín significa: hijo.
En los originales hebreos se utiliza el nombre Caim, que puede entenderse como el que extrae el metal de los minerales. Con esta explicación, parece más adecuado utilizar el lenguaje anterior al hebraico y considerar que Caim o Caín, simplemente tiene el significado de “hijo”.
Génesis 4:2
Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.
Luego de nacido Caín, Eva dio a luz a Abel. Es interesante advertir como algunas interpretaciones de este momento, difieren en lo formal sin afectar a lo sustancial. Hay quienes aseguran que Caín y Abel eran mellizos. Otros estudiosos no consideran esta posibilidad. De cualquier manera lo que resulta evidente es que tanto en un caso como en el otro, Caín era el hermano mayor.
En cuanto al nombre Abel, podría tener según los originales escritos en hebreo dos sentidos: pasajero fugaz de la vida o sin nexo y también según lo explica Salomón en el Libro de Eclesiastés: inutilidad o falta de sentido de la vida, Eclesiastés 1:2, 12:8.
Los trabajos de los hermanos están estrechamente ligados con la forma habitual de ganarse la vida en aquellos tiempos. Las dos tareas no solo eran comunes, sino que también reconocidas como normales y dignas por la sociedad.
Por tanto podemos concluir que el juicio de Dios no está relacionado con la índole del trabajo, sino con el espíritu con que se realiza.
Diego Acosta