Génesis 6:9
Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.
Puede resultar sorprendente que antes de mencionar a sus descendientes, se haga mención a aquellas características que distinguían a Noé del resto de los hombres de su época.
A pesar de que la maldad imperaba en el mundo de aquellos tiempos, Noé mantuvo su integridad, algo sumamente difícil de lograr si no es con la convicción de la fe y con la Gracia del Soberano sobre su vida.
Se dice que Noé era varón justo…
Podríamos entender que este calificativo se debe a que fue siempre fue obediente de las normas que Jehová había establecido.
Hay quienes a propósito de esta característica de Noé, abundan señalando que Dios ha escogido a algunos necios del mundo, pero nunca a quienes se consideraban pícaros o llenos de malicia.
Se dice que era perfecto en sus generaciones…
Probablemente el concepto de perfección, no es el que nos imaginemos, sino que esté relacionado con una vida de rectitud y sinceridad delante del Supremo.
Estos conceptos son relevantes pues si fuera así, tanto la rectitud como la sinceridad nos serán contados como méritos adquiridos por nuestra forma de relacionarnos con Dios.
Se dice que caminó con Dios…
Esta expresión bien podría ubicar a Noé en el mismo nivel que Enoc, quién desapareció porque lo llevó el propio Todopoderoso, Génesis 5:24.
Se pondera la actitud de Noé de ser fiel a Jehová a pesar de que nadie lo era en aquellos tiempos y a confiar con fe, cuando nadie confiaba ni tenía fe.
En esas difíciles circunstancias Dios encontró en Noé a un hombre que con sus debilidades y limitaciones, era sin embargo un creyente de la Majestad y el Poder del Padre.
Sería lo que podríamos decir coloquialmente, un hombre capaz de hacer valer sus convicciones aún en medio de las tormentosas pasiones de aquellos tiempos. Fue capaz de nadar contra la corriente que llevaba al mundo hacia la destrucción por su infinita maldad.
El ejemplo de Noé debe inspirarnos en cuanto a tener la certeza de que aún en las más graves condiciones, siempre es posible hacer prevalecer nuestra fe, con la confianza puesta en el Creador.
Diego Acosta