NOÉ HALLÓ GRACIA DELANTE DE JEHOVÁ – IV
Tras haber tomado la decisión de poner fin a todo lo Creado, Jehová sigue obrando.
Génesis 6:14
Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.
El arca era como el casco de un navío, solo que no tenía el propósito de navegar pues no quedaría ningún puerto a dónde dirigirse a causa del Diluvio. El único propósito que tenía era que fuera capaz de flotar sobre las aguas, hasta que lo dispusiera el propio Dios.
Con este mandato se estaba probando doblemente a Noé: Por su fe y por su obediencia. Podría entenderse que resulta también una enseñanza para todas las generaciones futuras. En el sentido de que Cristo no salvará sino a aquellos que busquen y procuren su propia salvación. Esto es algo que debe quedarnos claro: Hay cosas que no podemos hacer sin el Eterno, pero tampoco ÉL lo hará sin nosotros.
El material a utilizar en la construcción era la madera de gofer, que probablemente haya sido un árbol como el cedro o el ciprés, que habría abundado en los bosques de Armenia.
La decisión de que hiciera aposentos, estaba relacionada con la utilización adecuada del espacio disponible, con compartimientos que sirvieran para la supervivencia de las distintas especies que se albergarían en el arca.
La siguiente demanda que recibe Noé, es que calafatee el arca por dentro y por fuera. Por fuera para preservarla de la precipitación y también del aumento de la masa de agua. Y por dentro, para preservarla ante la existencia de tantos seres en el interior.
Podemos recordar que el mismo cuidado que Jehová demandó de Noé en la construcción del arca, fue lo que hizo la madre de Moisés antes de lanzarlo a las aguas del Nilo. Jocabed, tomó la dura decisión de separarse de su hijo de alrededor de tres meses y para hacerlo, con su marido Amram, tomó las mismas precauciones, para que la criatura llegara sin problemas a causa del agua.
Bien podríamos pensar para nuestra propia vida y la de nuestros amados, que debemos ser muy cuidadosos en todos los preparativos que debamos hacer, para no dejar ninguna brecha de la que se pueda valerse el enemigo.
Diego Acosta