LA CREACIÓN

Nuestros amados maestros nos enseñaron que debíamos de estar atentos a todo lo que nos rodea, porque en esa actitud de atención podríamos descubrir los mensajes del Señor.

Almorzando plácidamente en las orillas de un lago, con una temperatura agradable y en un clima de asombrosa paz, vimos frente a nosotros a varios cisnes que se movían lentamente por las aguas.

La actitud racional fue pensar para que servían los cisnes? Qué sentido tiene su creación? Mientras tanto disfrutábamos del espectáculo de verlos deslizarse como en un ballet en el agua.

Mientras nuestra mente buscaba una respuesta, vino la de Dios. Los cisnes fueron creados para que disfrutemos de su presencia, para que recordemos la grandeza de la Creación.

Es tan absolutamente inabarcable para el hombre, que cuando vemos a unos preciosos cisnes nos desconcertamos y no sabemos cómo reaccionar. Ellos fueron creados para disfrute de los hombres.

Por eso también podemos decir que la Voluntad de Dios es buena, perfecta y agradable. Así como nos sentimos empequeñecidos con la grandeza que adivinamos del universo, así nos sorprende Dios con los cisnes.

Dios nos enseña a ser humildes en cada situación, mostrándonos la grandeza de su Creación aún con sus criaturas menos prácticas según nuestra mente de hombres pequeños.

Génesis 1:21
Diego Acosta García

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