Hay quienes se preguntan acerca de cómo es la medida de Dios para con los hombres, por qué algunos reciben poco y otros reciben abundantemente? Por qué hay tantas diferencias entre los unos y los otros?
Sencillamente porque el Supremo nos conoce mejor que nadie y Él sabe que a la gran mayoría de nosotros si nos diera mucho, acabaría por destruirnos. En cambio a unos pocos, les puede dar mucho porque no los afectará.
Tal vez por eso sean tan preocupantes los casos de quienes se atribuyen una medida que no les ha sido concedida y se afanan por hacer notorios sus servicios al Señor, cuanto más notorios para los demás, mejor.
Pero hay una gran diferencia entre servir y servirse!
Causa pena ver como hay quienes se olvidan de la medida de Dios y optan por darse su propia dimensión, que generalmente es diferente a la que el Eterno les ha dado. De esta actitud de ruptura, es que surgen sorprendentes consecuencias.
Si menos-preciamos lo que se nos ha concedido, caeremos en el tremendo error de adjudicarnos algo que pareciera más relevante. Pero no a los ojos de Dios, sino a los ojos de los hombres, disfrazando con el servicio la mera vanidad.
No caigamos en la tentación de cambiar nuestra medida, la que Dios ha determinado para cada uno de nosotros. Si nos engrandecemos, mayor será la caída y más dolorosas las consecuencias que sufriremos!
Mateo 25:29
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira