La historia de Rut la nuera de Noemí, nos debería hacer reflexionar acerca de cómo son de diferentes los propósitos de los hombres, de los de Dios.
Antes como ahora, hay circunstancias en las que las personas se encuentran totalmente desprotegidas, enfrentando las duras normas de la sociedad.
Rut obró con sabiduría quedándose al lado de suegra, a pesar de que ella le había pedido que se volviera a su tierra.
Esa fidelidad es la que convirtió a Rut en diferente a las otras mujeres, incluso con relación a la otra nuera de Noemí, que si regresó a los suyos.
Una mujer viuda, es una persona que se encuentra en una delicada situación, porque no solo ha perdido a su esposo, sino que también ha perdido toda forma de sustento.
En el caso de Rut su voluntariedad por el trabajo digno, la hizo dedicarse a las rudas tareas del campo, para ganar con esfuerzo los alimentos para ella y su suegra.
Pensemos en esto, cuando tengamos ante nosotros un caso más o menos parecido, en el que debamos considerar la situación de una mujer que ha perdido su marido.
Los hombres podemos obrar de una manera, casi siempre con maldad o con segundas intenciones, pero Dios que es el Soberano obra de una manera diferente.
Aprendamos de la enseñanza de la vida de Rut, para valorar la dignidad de las personas que se encuentran en una situación de debilidad.
Dios cuida de los suyos y de manera especial de aquellos que a pesar de todas las circunstancias, siguen confiando en el Proveedor.
Rut, la moabita, fue bisabuela del Rey David!
Rut 4:14-16
Diego Acosta / Neide Ferreira