LA OFRENDA

La cuestión de la ofrenda es tan relevante, que se puede comentar desde la forma compulsiva que es demandada en algunas Iglesias hasta la forma en la que la entregamos.

Así como en muchos casos los creyentes somos casi conminados a ofrendar, así también en muchos casos los creyentes nos comportamos como si ofrendar no fuera más que una obligación.Dv15ma13

Pareciera que nos olvidamos que Dios ama al dador alegre… pareciera que esas palabras no hubieran sido escritas para todas las Iglesias y para todos los creyentes.

Pero si en la Palabra está escrito que Dios ama al dador alegre… es que existen otros dadores? Lamentable sí existen otros dadores, los que toman la ofrenda como una obligación.

Los que hacen cuentas antes de ofrendar y al final terminan dando lo menos posible y lo que es más grave con el sentimiento de estar perdiendo algo, de estar arriesgando su tranquilidad económica.

Eso es ofrendar? Desde luego que no. Nunca será ofrendar algo que se da no solo con tristeza, sino con avaricia. Damos de lo que nos sobra, de aquello que consideramos que no nos afectará.

Por eso cuando pensamos en la ofrenda siempre pensamos en el dinero y nos olvidamos que podemos ofrendar nuestro tiempo, nuestro saber, nuestro amor y nuestra misericordia. Seamos dadores alegres!

2 Corintios 9:7
Diego Acosta García

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