EL MITOLÓGICO CABALLO DE TROYA
Las referencias a este gigantesco artilugio, provienen de referencias que se conocían alrededor del siglo VI a.C. y por tres relatos anteriores.
Uno de ellos la Ilíada se publicó alrededor del año 750 a.C. y la Odisea en torno a 725 a.C., escritos por Homero alrededor de 400 años después de los sucesos que se conocen como la guerra de Troya.
En estas versiones se confrontan personajes reales que a su vez son descendientes de algunos de los dioses griegos, por lo que el realismo de los episodios narrados siguen siendo motivo de controversia.
En el siglo IV a.C. el poeta romano Virgilio escribió la Eneida, basado también en la guerra de Troya. En él se hacen referencias de un episodio ocurrido más de setecientos años antes.
Lo que se afirma es que luego de 10 años de combates para recuperar del supuesto rapto, que algunos destacan como fuga, de la princesa Helena de Esparta. Su supuesto captor fue el rey Príamo de Troya. Su despechado marido, el príncipe Paris fue el impulsor de la guerra.
Supuestamente los atacantes dejaron en forma sorpresiva un gran caballo de madera, que finalmente fue introducido dentro de las murallas de Troya.
En el interior del caballo había guerreros griegos que comandados por Odiseo, lograron vencer la resistencia de los troyanos.
Sorprende como estos hechos que más parecen fábulas de dioses y seres humanos mezclados, sea creíble para quienes se permiten negar la Grandiosa Verdad de Dios.
Diego Acosta