EL HOLOCAUSTO
Etimológicamente esta palabra proviene del griego holokáutoma cuyo significado puede entenderse como la acción de quemar todo, en el sentido de hacerlo desaparecer.
En su aplicación al pueblo judío, comenzó a utilizarse en 1942, cuando apareció en el Diccionario Oxford y se generalizó a partir de alrededor de 1950.
El pueblo judío lo denomina: Shoá, que significa catástrofe, pero hay quienes se manifiestan contrarios a esta utilización pues no es lo suficientemente identificatoria de la realidad que pretende describir.
Lo cierto es que Holocausto representa para la sociedad de nuestro tiempo, la siniestra decisión del régimen nazi de encontrar una solución final para el problema judío.
El verdadero significado de este concepto, es el que los propios nazis le dieron: Solución final, que la podemos asociar a la idea de eliminación, exterminio, siempre con el agregado de final.
No hay evidencias de que Hitler lo hubiera ordenado, pero sí resulta evidente que a través de eufemismos se aludía a esta decisión que se adoptó en el verano de 1942 en Berlín.
Tal vez para cuidar el llamado frente interno y no alarmar a la propia población alemana, se utilizaron términos como: Solución final, reasentamiento, trabajo, tratamiento especial, evacuación.
El secreto militar fue establecido a partir de 1941, con el evidente propósito de que entre otros, este tema no tuviera conocimiento público masivo. El férreo control que el régimen nazi ejercía sobre la población, facilitó también ese intento de ocultamiento de la brutal realidad.
Alrededor de seis millones de judíos fueron horrorosamente asesinados. Sistemáticamente muertos, en virtud de una política demencial.
Alemania pidió perdón por el Holocausto y ha hecho de la existencia y el derecho a la defensa de Israel, razón de Estado.
Diego Acosta