LAMENTO

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Si digo lamento, acierto.

Si digo queja, acierto.

Por qué vivimos en el lamento y en la queja?

Por qué siempre tenemos palabras que solo hablan de nuestros males, de nuestros pesares?

Es como si leyéramos las páginas de manera alterna de la Palabra de Dios. Leemos una parte e ignoramos otra, buscando siempre aquello que es de nuestro agrado.

Y lo que no nos gusta lo ignoramos!

Esta forma de obrar forma parte de la naturaleza de la especie, somos inconformistas y desagradecidos con todo y en todo.

No lo fue acaso el Pueblo de Israel luego de haber sido liberado de la esclavitud de faraón?

No se cansaron del maná?

Por qué siempre los hombres buscamos de qué quejarnos, de qué lamentarnos?

Es más que curioso este comportamiento que olvida en forma deliberada todo lo que recibimos de Gracia y nos preocupamos de todo lo que según nosotros, deberíamos de recibir obligatoriamente.

De esto habló Moisés con Jehová!

El hombre que había sido quién los guiara por el Mar Rojo, ahora era cuestionado por los lamentos y las supuestas necesidades?

Hasta cuando viviremos de esta forma?

Estas cavilaciones estuvieron presente en mi corazón, cuando comencé a quejarme no sé porque cosa, sin duda carente de importancia.

La cuestión forma parte de nuestro carácter, hasta se diría de nuestra manera de pensar, olvidando que estamos vivos, gracias al Creador.

Olvidando que todo lo que tenemos es lo que necesitamos verdaderamente. Quizás podamos pensar que es insuficiente, pero el Eterno que nos conoce, sabe lo que es eficazmente bueno para cada cual.

Pidamos perdón por cada queja, por cada lamento!

Lamentaciones 3:39

Diego Acosta / Neide Ferreira

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