Cuando los discípulos le pidieron al Señor Jesús señales antes del fin, tuvieron como respuesta indicaciones precisas que son verdaderas señales que debemos reconocer.
Lo cierto es que muchas de esas señales se han repetido a lo largo de los siglos y cada generación las interpretó a su manera, valorando que estaban dirigidos para su tiempo.
Esto tiene que ver más que con el tiempo medido en años, con el tiempo de vida de las personas y por eso debemos vivir pensando en que el fin se acerca y por tanto debemos ser fieles con los mandatos recibidos.
Esta compleja relación entre el tiempo relacionado con el fin y con el tiempo relacionado con la duración de nuestra vida, nos debe llevar a la conclusión, que las señales del fin se relacionan con nuestras obras en la tierra.
Por tanto todas las advertencias que hemos recibido las debemos transformar en hechos que nos impulsen a vivir de una manera diferente, acercándonos cada vez más al modelo Supremo.
El Señor Jesús les dijo que habría acontecimientos muy importantes pero que no eran el fin, así que en nuestra vida habrá hechos trascendentes, pero que no serán el fin de los tiempos.
Los hechos trascendentes se vinculan con nuestro fin personal y en eso debemos entender como advertencia, que debemos prepararnos para el momento del Juicio. No despreciemos las advertencias.
Mateo 24:6
Diego Acosta García