LAS PALABRAS


Frecuentemente perdemos el sueño, la tranquilidad, pensando en lo que diremos cuando debemos afrontar compromisos como enseñar, predicar o dar un testimonio sobre nuestra vida.

Esta preocupación por saber lo que hablaremos es absolutamente legítima y tenerla habla muy bien a nuestro favor, pero debemos de tener en cuenta otras cuestiones.

Saber lo que expresaremos en el lugar oportuno y en el momento justo es desde luego una de nuestras mayores preocupaciones, pero no debemos dejar todo librado a nuestra propia sabiduría o conocimientos.

Que es lo que deseamos destacar? Que es tremendamente importante que estudiemos cada día de nuestra vida la Palabra de Dios, que la escudriñemos y que la analicemos.

Que es también fundamental que oremos para recibir la Sabiduría que viene de lo Alto, porque contribuirá a que cuando tengamos que hablar en cualquier circunstancia, tengamos los elementos necesarios para hacerlo.

Lo que nunca debemos de olvidar es la promesa que hemos recibido en la Biblia acerca de que el Espíritu, siempre pondrá en nuestra boca lo que tengamos que decir.

El Espíritu es nuestra ayuda, nuestro socorro. Él pondrá siempre en nuestra boca lo mejor que podamos manifestar, tanto en la congregación como también en cualquier otro momento de nuestro diario vivir como creyentes!

Mateo 10:20

Diego Acosta García

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