Uno de los grandes músicos del género clásico, incorporó en sus creaciones operísticas, un término técnico que se denomina legato.
Para explicar su significado, podríamos decir que el autor establece que el sonido de cada nota comienza exactamente donde terminó la anterior y así sucesivamente hasta darle a la melodía el denominado sonido largo.
Sin entrar en más detalles sobre algo que desconocemos, podríamos utilizar esta formar de escribir de Wagner, para explicar y explicarnos, como es la vida cristiana con relación al tiempo.
Todos hemos leído que cada día tiene su afán… y su propio mal. Seguramente no solo lo hemos leído, sino también utilizado en alguna situación para explicar la importancia de cada día.
De allí la asimilación de ideas con el legato de Wagner, porque ese es precisamente el fundamento de cómo debemos de vivir. La Palabra de Dios nos revela que su Misericordia se renueva cada día.
Si su Misericordia se renueva cada día, es evidente que no podemos utilizar hoy la que correspondía a la de ayer y por lógica consecuencia no podemos guardar un poco de Misericordia para mañana.
Nuestra vida debe tener la intensidad necesaria para que cada día en sí mismo se convierta en un objetivo primordial para cada uno de nosotros.
El legato nos sugiere una continuidad total entre el sonido de una nota y la siguiente y en ese sentido podemos decir que los días están relacionados. No comenzará el día de mañana hasta que haya terminado el de hoy.
Demos a cada día la importancia que tiene, como nos enseña la Palabra de Dios!
Salmos 74:16-17
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira