LEONES


Daniel se enfrentó a uno de los momentos más difíciles de su vida, cuando los informantes del rey le anunciaron que a pesar de las prohibiciones, seguía honrando a Dios.

A pesar del interés del rey Darío por salvarlo, finalmente fue echado al foso de los leones, como consecuencia de su lealtad al Dios al que colocaba por encima del soberano persa.

En el momento de hacerlo el rey le dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quién continuamente sirves, él te libre. Y durante toda la noche Daniel quedó en el foso de los leones.

Por la mañana muy temprano, el rey desvelado, preguntó a Daniel si el Dios a quién servía le había librado de los leones. Entonces escuchó la respuesta que deseaba.

Dios cerró la boca de los leones, porque ante Él fui hallado inocente y aún delante de ti, oh rey, no he hecho nada malo. La historia termina cuando el rey mandó a sacar a Daniel del lugar donde había estado con los leones.

Cuántas veces nos ha librado Dios de los leones?

Debemos recordar cuántas situaciones serias tuvimos que afrontar, quizás no tan dramáticas ni espectaculares, pero siempre el Dios a quién servimos nos ayudó.

Deberíamos repetir como el rey Darío: Él salva y libra y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra. Nunca dudemos de su Poder!

Daniel 6:26
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira

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