LO EVIDENTE…

En uno de esos días en los que tenemos tiempo para meditar sobre la vida y lo que hacemos en lo personal, nos sorprendimos con una idea que tomó forma en nuestro interior.

Esa idea no era otra que el significado de vivir, estaba dado en muchos casos por lo que jordanhabíamos hecho y como había repercutido aquello que habíamos hecho.

En otras palabras: Estábamos pensando en el éxito, en aquellas cosas que resultan evidentes porque alcanzan notoriedad y por ello se tornan en importantes y permiten que nos destaquemos.

Esto es lo evidente… Pero a continuación recordamos a Juan el Bautista. El hombre que predicaba en el desierto, seguramente él no pensaba en esto de la notoriedad o del éxito del mundo.

Él había aceptado que su misión en la vida era la de predicar y que su mensaje lo escucharían muy pocas personas, lo cual desde la perspectiva humana representa un auténtico fracaso. Aunque anunciara al Mesías.

Pero Juan sabía que las personas que lo escucharían eran las que el Señor había dispuesto que recibieran su mensaje y con eso le bastaba para cumplir con su misión.

Estamos dispuestos a predicar en el desierto? O estamos dispuestos a hacer lo que resulta evidente? La respuesta que podamos dar, está directamente relacionada con nuestra relación con el Señor. Servir o servirse!

Marcos 1:3
Diego Acosta García

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