Los científicos nos someten a un verdadero bombardeo de noticias, de imágenes y también de contradicciones con relación al universo que nos rodea.
Pareciera que cuánto más alejado está el objeto de sus investigaciones, mejores resultados registran, aunque constantemente estén modificando sus supuestas afirmaciones.
Podríamos pensar entonces: Que es lo que buscan los científicos? Por qué se alejan tanto de nuestro planeta del que sabemos tan poco y al que solamente sabemos dañar?
Esta situación se parece en mucho a nuestra realidad personal, cuando nos adentramos en situaciones que nos son lejanas pero que nos seducen y nos atraen, como el universo a los científicos.
Esto ocurre porque si nos alejamos de nuestra realidad personal, seguramente no veremos lo que nos ocurre, no percibiremos que es lo que nos está pasando.
Deberíamos no ser tan propensos a mirar hacia el espacio exterior y mirar nuestro espacio interior, para poder así saber cómo está nuestra relación con el Señor.
Saber eso es sin la menor duda, la mayor de nuestras preocupaciones y eso solo lo sabremos cuando abandonemos las cuestiones lejanas y nos centremos en nuestro interior.
No se trata de practicar “ombliguismo” se trata de no practicar “lejanismo”, que es una cosa diferente. Buscar al Señor debe ser nuestra máxima prioridad. Hoy y siempre.
Deuteronomio 4:29
Diego Acosta García