Forma parte de nuestra naturaleza desear siempre lo mejor.
Lo mejor en lo laboral
Lo mejor en lo sentimental
Lo mejor en la comida
Lo mejor en la familia
Lo mejor en un viaje
Lo mejor…
Pretendemos únicamente eso, para mí y para mis amados!
Es bueno pretender lo mejor?
Inobjetable.
Incluso también en nuestras oraciones clamamos por tener lo mejor y eso también es absolutamente normal y previsible.
En el mundo este afán de tener y pedir lo mejor, es más que natural, es imperioso y eso es lo que distingue las acciones de quienes viven según sus normas.
Podríamos convenir que desde una perspectiva puramente humana, responde a la naturaleza de nuestra idiosincrasia.
Siendo así, me puedo preguntar: Si es legítimo pedir lo mejor, no es menos legítimo que se me reclame lo mejor?
Lo mejor de qué?
Jehová reclamaba de los suyos las primicias…de todo. Es decir lo mejor que cada uno obtenía de su trabajo. Y por eso encontró la muerte Abel a manos de su hermano Caín.
Estoy dispuesto a dar lo mejor?
Cada día me pregunto si estoy intentando, por lo menos, dar lo mejor de mí. Pero no para la gloria personal, sino para el Creador.
Y esto es lo verdaderamente difícil. Dar lo mejor pero sin el afán de la notoriedad, de la vanidad, sino con la humildad que requiere el servicio al Señor.
Reflexiono sobre esto y pido Sabiduría, para que mis hechos no contradigan mis palabras. Es relativamente fácil hablar bonito, lo difícil es que nuestras expresiones sean reflejadas por nuestros hechos.
Entonces sí, habremos dado lo mejor!
Proverbios 3:9
Diego Acosta / Neide Ferreira
