Pareciera que los anuncios espectaculares son los que más apreciamos porque siempre estamos buscando cosas que nos impacten, que nos conmuevan.
Esto es inherente a nuestra condición de humanos por lo que los anuncios no solamente nos llaman la atención y nos seducen, sino que también contribuyen a desenfocarnos de lo importante.
Confundimos anuncios con certezas, previsiones con afirmaciones y entonces comenzamos a dudar de lo que no podemos ni debemos dudar que es el fundamento de nuestra fe.
Como nos podemos defender de esta clase de situaciones? Apelando a la única fuente de Sabiduría que tenemos a nuestro alcance: a la Palabra de Dios.
Si se nos dice que se ha encontrado el que podría ser el comienzo del Universo, nos dejamos ganar por la espectacularidad del anuncio y no somos capaces de analizar lo que escuchamos.
Lo cierto es que ni se ha descubierto el comienzo del Universo ni se descubrirá, sencillamente porque es la Creación de Dios y por tanto solamente sabemos y sabremos lo que Él quiera que sepamos.
No nos dejemos seducir por estos anuncios que siempre encierran condicionantes, declarados o no. Ante lo espectacular antepongamos la Roca en la que debemos estar afirmados para vivir con la Verdad.
Salmos 31:3
Diego Acosta García