DEVOCIONAL
En mi caso la cuestión de leer es una larga experiencia que se remonta a cuando apenas comenzaba la adolescencia. Y como soy un lector podría decir que compulsivo, es casi imposible saber cuántos títulos han pasado por mis manos.
Y también por mi mente y como es natural por mi corazón, dejando distintos recuerdos, enseñanzas y también muchas dudas. Pero en el fondo, hay en la lectura una forma de búsqueda constante.
Después de aceptar a Jesús como mi Salvador, la perspectiva de la lectura cambió rotundamente, centrándome prácticamente solo en la Biblia.
Pero hay algo que mantuve, como una costumbre casi insuperable: Mi afán por la lectura de algún tipo de obra, que tiene que ver con lo mundano y con la historia.
Muchas veces me he planteado si esta actitud estaba bien o estaba mal. Y la respuesta que siempre he tenido, es que ninguno, me podrá influir jamás, más que la Palabra de Dios. No sé si es una respuesta de conveniencia, pero sí la certeza sobre la Biblia.
Lucas 4:16
ES – Vino a Nazaret, donde se había criado;
y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre,
y se levantó a leer.
PT – E, chegando a Nazaré, onde fora criado,
entrou num dia de sábado, segundo o seu costume,
na sinagoga e levantou-se para ler.
Diego Acosta / Neide Ferreira