Con el sueño de un líder comenzó un proceso imparable hacia la libertad de los hombres negros en Estados Unidos. Desde ese tiempo ese sueño lo hemos tomado como un símbolo.
Los sueños son también una de las formas en que Dios se comunica con los hombres, según lo podemos confirmar en distintos
pasajes de su Palabra.
Por tanto podemos decir que soñar en malo? La respuesta es: si se trata de sueños que nos lleven a realidades mejores o
para recibir los mensajes de Dios, es evidente que soñar es bueno.
Si se trata de vivir soñando es otra cosa, porque nos aleja de la realidad, nos aleja de la actitud de servir a los demás
y nos transformamos en hombres y mujeres que llevamos dos vidas.
Una la real y otra la fantasiosa que nos convierte en auténticos esclavos de idealizaciones que nos pueden destruir, porque
seremos incapaces de distinguir incluso lo que es bueno de lo que es malo.
Soñemos que verdaderamente ponemos nuestra vida para servir a los demás, soñemos que en ese espíritu podamos ser capaces
de llevar el mensaje de Salvación a quienes no lo han escuchado.
Soñemos que somos hacedores de la Palabra y no solamente oidores. Soñemos que un día el Señor nos pueda decir: Ven,
siervo fiel.
Hechos 2:17
Diego Acosta García