Bien podríamos decir que vivimos en el mundo acosados por el mal que se multiplica cada vez más y utiliza las más diversas maneras para sorprendernos y hacernos caer.
Solamente con ver los sucesos que ocurren a nuestro alrededor podremos darnos una idea de la magnitud de la situación que vivimos. Una de las herramientas que usan quienes hacen el mal, es la malicia.
Son los habladores inescrupulosos que divulgan palabras aparentemente inocentes, pero que están cargadas con la intención de perjudicar a otros y a nosotros a través de ellos.
Una de las definiciones de malicia dice que es la intención de pensar mal de los demás y en esa perversa actitud buscan involucrarnos para que seamos también hacedores de maldad.
La malicia se distingue por la habilidad con que es utilizada a veces bajo la forma de juegos de palabras muy engañosos porque se presentan como si fueran un ingenioso modo de diversión.
La malicia nos puede llevar por los peligrosos caminos de la calumnia al mal interpretar cualquier cosa que se diga o que se haga. Todo se hace con la peor de las intenciones.
Por tanto debemos dejar la ingenuidad y hasta la frivolidad con la que obramos muchas veces y confrontar todo con la Palabra de Dios. Así enfrentaremos a la malicia y nos acercaremos a la Verdad!
Salmos 69:4
Diego Acosta García