David escribió un Salmo que tiene un contenido muy especial: No está dirigido a exaltar la Grandeza de Dios, sino que está dirigido a otros hombres, como él mismo.
Este Salmo conocido como “sapiencial” nos acerca al corazón del Rey, para mostrarnos su preocupación por quienes obran mal…porque son malos!
Esto nos lleva a una antigua cuestión: Por qué los malos prosperan?
Por qué quienes nos llamamos hijos de Dios tenemos problemas?
En estas dos preguntas se condensan los pensamientos que he tenido en mi vida de creyente, a lo largo de algunos años viviendo distintas realidades.
Y es verdad que llama poderosamente la atención ver como quienes niegan o se burlan del Eterno, prosperan de una manera casi inimaginable.
Puedo citar muchos ejemplos de lo que afirmo, pero siempre queda un margen para dudar de lo que resulta evidente.
Incluso podríamos preguntarnos: Es que acaso se equivoca Dios?
Ante semejante cuestión, recibí una respuesta no menos concluyente. Grande es mí torpeza, que solo veo lo que quiero ver y no se aparta más de un centímetro de mi vista.
Lo cierto es que le doy valor a lo que creo que es una verdad, cuando solo se trata de algo que dura un tiempo y que tiene su principio y su fin.
Es que casi siempre me olvido que un día seremos llamados a Juicio y cada uno responderá por sus hechos, los buenos y los malos.
Entonces el Soberano impartirá Justicia, aunque los hombres no lo hayan hecho y aunque hasta parezca, que la impunidad es total para algunas personas.
El mal nunca prevalecerá…y los MALOS tampoco!
Salmo 37:1-3
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
