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La ola de atentados contra estatuas, principalmente en Estados Unidos y Gran Bretaña, merece una reflexión que está vinculada con el propósito de los agresores.
Es evidente que se trata de obrar en contra de quienes en el pasado fueron protagonistas de hechos, que en el presente pueden ser cuestionados.
Pero llevando la cuestión a lo más profundo, puede pensarse que atacando a personajes que esclavizaron a hombres, se puede borrar el daño causado?
La Memoria que hizo perdurar al Pueblo judío a lo largo de miles de años, ha guardado todo lo bueno y lo malo de lo vivido y aún ha atesorado los propios errores.
Este puede ser un punto de reflexión, para pensar que destruir una estatua es un juego infantil, que no tiene más valor que el daño causado, porque los hechos continuarán impertérritos.
Los hechos graves del pasado, solo serán repartados con obras que superen los daños y se conviertan en referencias para las generaciones futuras. Las estatuas son el testimonio de lo que se tiene que mejorar.
Diego Acosta