Todos los días podemos comprobar cómo el Soberano otorga Sabiduría a alguno de los suyos, para revelarnos esas Verdades que se convierten en pequeños prodigios de síntesis.
Nos referimos a esta frase: Evangelismo es un mendigo contando a otro, donde hay pan!
Probablemente muchos de nosotros podamos compartir este concepto, porque pone en su justa medida el fondo de Amor y Misericordia que debe tener el Evangelismo.
No faltará quién entienda que solamente se trata de una frase afortunada y que está lejos de lo que los entendidos puedan afirmar con relación al cumplimiento de la Gran Comisión.
Pero si lo pensamos profundamente, quién es un evangelizador, sino un mendigo, que le brinda a otro lo mejor que tiene: El alimento que es Jesús!
Cuando llevamos esta clase de situaciones al plano personal, nos quedaremos asombrados de advertir que siempre hay una visión diferente que nos impulsa a cumplir el mandamiento de Cristo.
No puedo disimular mi profunda impresión con relación a ese mendigo, que le explica a otro donde hay pan, donde está el Pan.
Creo que cada día voy teniendo menos excusas para ser fiel cumplidor del mandato de llevar el Evangelio hasta los confines de la Tierra!
Sobre todo porque asumiendo que en el fondo todos somos mendigos, porque en esa condición recibimos el Pan que nos hizo salvos!
Por qué no habríamos de enseñar a otros donde obtuvimos el Pan maravilloso que nos transformó en hombres y mujeres nuevos?
Solamente Jesús puede transformar cada vida que reciba el Mensaje de Salvación!
No olvidemos que fuimos mendigos y ayudemos a otros mendigos a ser salvos!
Juan 8:26
Diego Acosta / Neide Ferreira