Creo que todos podemos recordar a personas que teniendo grandes dones y talentos, tienen dificultades para ponerlos en acción.
En que radica el problema?
Tal vez en el miedo que tienen de que alguien les arrebate aquello que es de ellos, aquello que creen que es uno de los grandes logros de su vida.
Comprendo esta situación porque en los primeros años de convertido, albergaba un sentimiento parecido con relación a mi lugar en la congregación.
Es más: Tenía un fuerte miedo a que ese lugar que ocupaba y que tanta alegría y vanidad me producía, pudiera ser entregado a otro miembro de la Iglesia.
Comprendo esto que hacía, porque a pesar de mis afirmaciones, todavía no tenía en mi corazón la idea de que la más grande obra que podemos hacer los hijos de Dios…es servir.
Como sirvió Jesús!
Todo lo demás carece de importancia, porque los títulos y los honores son tan temporales como los hombres que los otorgan.
El único miedo que debemos de tener, es a perder la honra que solo el Eterno concede!
Jueces 9:9
Mas el olivo respondió:
¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los
hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?
Juízes 9:9
Porém a oliveira lhes disse:
Deixaria eu a minha gordura, que Deus e os homens em mim prezam,
e iria a labutar sobre as árvores?
Diego Acosta / Neide Ferreira