CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO
Uno de los diarios de mayor difusión en el mundo publicó como titular y en grandes caracteres esta frase: MIEDO A LA NECESIDAD.
Este mensaje fue doblemente sorprendente, porque el diario tiene por especialidad destacar hechos impactantes y en ese contexto, plantear este tema tan especial resultó poderosamente llamativo.
El titular refleja una cuestión que está latente en la sociedad del país donde se publica, pero que también puede ser extensivo a otros muchos países.
De allí lo significativo de los grandes caracteres que sintetizan en una frase, algo que parece ser cada vez más evidente: el miedo a cubrir las propias necesidades.
Las más elementales, como el techo, la comida, la vida cotidiana, sin entrar a valorar otras cuestiones como el ocio y la diversión o las necesarias vacaciones.
Podríamos preguntarnos qué está pasando?
Podemos responder en base a la creciente preocupación que existe en vastas franjas de hombres y mujeres, por vivir o tal vez de sobre vivir, mañana y pasado mañana…
Nos viene el pensamiento relacionado con la Palabra de Dios, cuando habla sobre en quién tenemos depositada nuestra confianza. Si la tenemos en nuestras propias fuerzas, en nuestras posibilidades es natural y hasta legítimo tener miedo por la necesidad.
Sería una auténtica necedad no preocuparse por el futuro, viviendo de nuestro esfuerzo y depositando toda nuestra confianza, en esa capacidad natural para enfrentar los problemas.
Sin embargo, hay otra perspectiva para enfocar esta cuestión.
Y cuál es esa perspectiva?
La de creer en la existencia de Dios y en entender que nada podemos hacer los hombres, frente a la magnitud de los problemas que tenemos que enfrentar.
Cada día más, se torna más difícil, lo que ayer era un poco más fácil!
Confiando en el Eterno, no dejaremos de tener problemas ni dificultades, pero sí tendremos la esperanza de contar con su Gracia, para ayudarnos en los momentos difíciles.
Por eso Jesús entregó su vida, para salvarnos de nuestros pecados y también para mostrarnos un nuevo camino. ÉL es nuestro Pastor y nada nos faltará!
Diego Acosta