El Libro de Ezequiel reúne en sus páginas más referencias al reinado final de Jesús, que en el resto de profecías registradas en el Antiguo Testamento.
Bien podríamos decir que estamos frente a los ocho capítulos más trascendentes de la victoria final del Bien sobre el mal.
Es importante que leamos con detenimiento y discernimiento estos ocho capítulos porque encontraremos en ellos revelaciones cruciales sobre cómo serán los tiempos luego de la Gran Tribulación.
Ezequiel nos aporta revelaciones relacionadas con el Nuevo Templo, como será el nuevo culto de adoración y finalmente como será la nueva repartición de la Tierra Prometida.
JEHOVÁ se encarga de mostrar a Ezequiel aquello que tendrá que revelar luego a los hombres, dando constancia de sus Palabras.
En un sentido literal tenemos ante nosotros la revelación de cómo se cumplirá el Plan de Dios hasta la instancia final del Reino Milenario de Jesús.http://www.septimomilenio.com
Esta preocupación del Eterno por revelarnos cuestiones tan absolutamente trascendentes, nos debe hacer reflexionar acerca de nuestra vida.
Qué hacemos con cada minuto que se nos concede de existencia!
Esta es una manera de hablarnos para que comprendamos que por encima de nuestras limitaciones y torpezas, todos tenemos parte de este Grandioso Plan del Soberano.
Para ser fieles y poder dar cumplimiento a aquello que se ha establecido como nuestra parte, debemos de entender que cada cosa que hagamos a partir de este momento en que lo leemos, cuenta y tiene valor.
No nos resignemos a ser meros trabajadores. Y no lo debemos hacer porque no lo somos. Somos hacedores de una parte del Plan del Todopoderoso y debemos honrar este privilegio.
Ezequiel 40:4
Diego Acosta / Neide Ferreira
