La Biblia tiene continuas referencias a cuestiones que nos resultan fáciles de comprender, cuando así lo ha considerado el Creador.
En el Antiguo Testamento las referencias a la vida cotidiana son permanentes y por tanto debemos estar atentos a interpretar su significado, que casi siempre resulta el más evidente.
El mulo es una de las referencias que se hacen en la Palabra de Dios y que nos deben hacer reflexionar en nuestra conducta personal y a nuestras actitudes como hijos de Dios.
La terquedad es una de las características que distinguen al mulo.
Es sabido que en algunas ocasiones es capaz de hacerse matar para no obedecer o acatar una orden, que en otras circunstancias cumpliría adecuadamente y con máximo esfuerzo.
Cuando se transforma en un monumento a la terquedad?
Cuando algo en su interior se rebela contra la autoridad que reconoce habitualmente y entonces modifica su comportamiento y para llamarlo de una manera más fácil de comprender, se rebela contra su amo.
Aunque resulte chocante: No tenemos a veces actitudes como la del burro? No nos declaramos en rebeldía delante de Dios, por algo que seguramente nos disgusta o no resulta como lo esperábamos?
Quienes asumimos estos comportamientos somos llamados…burros.
Tal vez en esta radical semejanza se nos está advirtiendo que la especie del animal es inferior a la nuestra, pero que estamos obrando como ellos.
Aprendamos a advertir los momentos en los que estamos atravesando el límite de una especie para otra.
No hagamos como los burros que son capaces de rebelarse contra su amo.
Nunca caigamos en terquedad frente a Dios!
Salmo32:9
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira