Pocas cosas en la vida son más difíciles de entender como nuestra negativa a aceptar la realidad, luchamos contra ella y nos enfrentamos a retos que son verdaderamente inalcanzables.
A pesar de las evidencias nos debatimos y nos negamos a aceptar lo que para muchos, son verdades que prácticamente no tienen discusión, porque están basadas en sólidos fundamentos.
Podemos pensar que la lucha contra la realidad forma parte de un momento de nuestra vida, quizás porque somos muy jóvenes o porque tenemos poca experiencia.
Sin embargo los dos argumentos se rebaten por sí mismos, al constatar cuantos casos hay de personas mayores que también están entregados a la lucha contra la realidad.
Contra qué realidad luchamos? Qué realidad negamos? Se trata de debatirnos contra la peor de las realidades: que es la que sabemos que es la Verdad y no lo que nosotros argumentamos.
Quienes un día conocieron a Dios y luego lo niegan, están luchando contra la realidad más absoluta y por eso libran batallas que están perdidas desde antes de comenzar.
Tengamos amor y misericordia por las personas que se encuentran en esta situación, ayudándolas con el ejemplo de nuestras vidas y con lo que Dios ha hecho en nosotros.
Difícilmente podamos utilizar otros argumentos distintos a éstos, porque las palabras siempre originan debates, pero los hechos siempre se demuestran por sí mismos y es prácticamente imposible negarlos.
2 Timoteo 2:13
Diego Acosta García