Un hermano de la fe, comentaba que se encontraba frente la posibilidad de tener uno de los mayores cambios de su vida.
Estaba sereno, con excelente ánimo y realizando gestiones que podrían determinar que el cambio que esperaba, se concretara.
Lo que más me llamó la atención fue su actitud frente a los momentos que estaba viviendo. Simplemente me dijo, no sé…
En esas dos breves palabras entendí que estaba sintetizada su profunda fe en el Señor, esperando que lo que se resolviera sería siempre su Voluntad Soberana.
Me alegré mucho de escucharlo, porque eso es lo mejor que podemos hacer en circunstancias tan importantes como las que vivía.
Confiar y orar…sin parar y haciendo lo que estuviera en sus posibilidades de hacer!
Nada más, sin crearse expectativas ni mucho menos intentar forzar situaciones o buscando concretar lo que podrían ser las humanas preferencias.
Entendí y entiendo que en la nueva vida que hemos recibido, debemos ser ejemplos sobre la confianza que tenemos en el Eterno y en la obediencia a Sus decisiones.
Juan 9:31
Y sabemos que Dios no oye a los pecadores;
pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye.
João 9:31
Ora, nós sabemos que Deus não ouve a pecadores;
mas, se alguém é temente a Deus e faz a sua vontade, a esse ouve.
Diego Acosta / Neide Ferreira