En este día muchos hombres y mujeres reivindican su derecho a las Libertades Religiosas, un tiempo que parecía que no iba a llegar nunca, pero que finalmente forma parte de nuestra realidad.
Frente a un problema como este, qué hacemos: Nos rendimos? Claudicamos? Admitirmos que el peso de los poderes públicos es mayor que el de nuestra Fe?
O decimos presentes, aquí estamos mansamente demostrando que confiamos en que nuestro Abogado defenderá nuestra causa, pero sabiendo que es necesario que demos un paso al frente.
Nadie nos engañó acerca de que vendrían tiempos difíciles, nadie nos mintió acerca de que por seguir a Jesús sufriríamos como Él mismo sufrió, por eso no podemos rendirnos.
Debemos pensar en días así, que esto puede ser solo el comienzo y que con toda seguridad vendrán días más difíciles, más amargos, en los que no solamente lucharemos por nuestras Libertades Religiosas, sino que tal vez deberemos poner en riesgo nuestra propia vida.
Las batallas serán grandes pero la Victoria final será la mayor que podamos conseguir. Nunca nos olvidemos de esto, porque cuando pensemos en rendirnos, la fe arderá en nuestro interior.
Todos sabemos de quién es la batalla, de quién es la Justicia, pero todos sabemos que no podemos callarnos, que con mansa firmeza debemos mostrar al mundo que existimos.
Lucas 19:40
Diego Acosta García