Podemos negarnos a un mandato de Jehová?
Sí podemos, asumiendo las consecuencias que tiene la desobediencia al Creador de todas las cosas.
Moisés puso objeciones y cientos de años más tarde, también lo haría Jeremías. Pero tanto en un caso como en el otro, Dios ratificó que sus decisiones son inapelables.
Es llamativo el caso de Jeremías, a quién el Soberano anunció su decisión de convertirlo en uno de sus profetas.
Moisés declinó el mandato por ser un hombre mayor y también por ser torpe de lengua. Jeremías en cambio, defendió su situación con el argumento de la juventud.
Pero recibió una categórica respuesta!
Cada vez que este pasaje viene ante mi realidad, lo asumo como algo personal, porque me obliga a pensar sobre cómo reaccionaría si recibiera un mandato que no fuera el que yo podría esperar.
Y con el paso del tiempo, cada día comprendo más, que el principio de la Obediencia es del principio sobre el que se fundamenta la Bendición del Eterno.
Puedo pensar que el mandato no me gusta o que preferiría hacer algo diferente. Pero es un pensamiento pequeño como yo mismo soy, un hombre pequeño.
Además siempre miro por lo que mi mente considera que es lo bueno, pero me olvido que Dios siempre tendrá lo mejor para mí y para todos quienes acepten su Soberanía.
Jeremías recibió un duro mandato, con más precisiones para llevar advertencias de Juicio que de buenos mensajes. Pero Jehová le prometió que siempre pondría palabras en su boca.
Y esa promesa es válida para él y también para mí y para todos.
Jeremias 1:7
Mas o Senhor me disse: Não digas: Eu sou uma criança;
porque, aonde quer que eu te enviar, irás; e tudo quanto te mandar dirás.
Jeremías 1:7
Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño;
porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.
Diego Acosta / Neide Ferreira