OBRA

crea
Cada día que termina es bastante normal que examinemos que es lo que hemos hecho, tratando de buscar los resultados.

Es decir, estamos buscando los resultados de nuestro esfuerzo, que deberían plasmarse en hechos concretos o al menos es lo que esperamos.

Si cambiamos la visión el autor de Eclesiastés, hace referencia a como los hombres nos empecinamos en tratar de conocer como es la Obra de Dios.

Y en ese sentido hace una afirmación impresionante: Por muy sabios que seamos los hombres, nunca llegaremos a conocer la Magnitud de la Creación.

Si nos detenemos en el significado profundo de esta reflexión, comprenderemos las razones por las que los hombres más preparados, estamos hablando de los científicos, no consiguen dar respuestas concretas.

Es verdad que conocemos muchas cosas y seguramente seguiremos conociendo, porque el Eterno permite por Gracia que así sea.

Pero hay una dimensión que resulta inalcanzable para el más sabio de los sabios, como puede ser por citar un caso, el de la energía atómica.

El hombre la descubrió y la utilizamos, para lo malo y para lo bueno, pero como no sabemos todo lo que deberíamos saber, no podemos controlarla.

Si trasladamos estos conceptos a nuestra vida personal, podríamos llegar a conclusiones más o menos parecidas, porque nos imaginamos que sabemos mucho de nosotros mismos y sin embargo hay cosas que solo las sabe Dios.

Seamos sensatos en la búsqueda de la Sabiduría y cuando por Misericordia la tengamos, no pretendamos saberlo todo, porque sería un acto de soberbia que puede ofender a Quién nos ha Creado.

Busquemos ser sabios, pero no pretendamos saberlo todo!

Eclesiastés 8:17

Diego Acosta / Neide Ferreira

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