Pensando que los hombres de nuestro tiempo leemos en el Antiguo Testamento sobre hechos que ocurrieron hace alrededor de 3.500 años, no deja de sorprender su enorme vigencia.
Es evidente que nuestra situación, no es la del pueblo hebreo en el Libro de Deuteronomio, que narra su llegada a las tierras de Moab, 40 años después de haber sido liberados de Egipto.
Pero sí son aplicables a nuestros días, las exhortaciones de Moisés a su pueblo, porque revelan como es de importante, antes y ahora, la conducta que debemos observar quienes somos hijos del Altísimo.
Moisés habló de los estatutos y decretos que Jehová había establecidos para ellos y pensando en esto, me detengo a reflexionar.
Moisés recordó y me recuerda, que mi vida debe ser ejemplar para que las personas que me rodean, puedan advertir que soy un hombre diferente a los demás.
No porque mi apariencia sea diferente, sino porque mi forma de comportarme sí me hace distinto a quienes viven en el mundo.
Esto que fue proclamado hace más de tres milenios, revela como la Palabra de Dios no pierde su vigencia ni su actualidad.
Por eso podemos decir que es viva y eficaz!
Moisés no estaba pidiendo a su pueblo, que hablara, estaba pidiendo que obrara según lo establecido por el Eterno, que es algo completamente diferente.
Tengo tan claro esta diferencia, que me esfuerzo para que quienes me rodean, puedan ver en mí, un reflejo del Señor. Tal vez sea un mal reflejo, pero esa es mi intención.
Seamos fieles y vivamos siendo ejemplares!
Deuteronomio 4:5-6
Diego Acosta 7 Neide Ferreira