El Libro de los Salmos nos revela como David confiaba en el poder de la oración y la practicaba constantemente para acercarse al Señor. Esa confianza es la que debemos desarrollar en nuestra vida de creyentes.
La oración es una herramienta poderosa que nos alienta en la lucha contra la adversidad, porque sabemos que el Eterno nos ha prometido que siempre estará a nuestro lado y que nunca nos desamparará.
Es la misma confianza que debemos de tener en nuestros días, pensando en el futuro de nuestros pequeños hijos y nietos y en los tiempos tremendos que les tocará vivir. Quién nos ha prometido que cuidará de ellos?
La oración también es nuestra forma de mostrar reverencia ante el Supremo y agradecimiento ante sus demostraciones de Amor y Misericordia, como respuesta a nuestras necesidades o a nuestras peticiones.
David siempre tuvo disposición a orar como parte fundamental de su vida, que no puede mostrarse como ejemplar desde la perspectiva humana, pero que sí tiene rasgos notables en lo que concierne a su relación con Dios.
La oración siempre marca un antes y un después en las grandes situaciones con las que nos podamos encontrar. Y siempre expresaremos a través de ella, nuestro agradecimiento por todo lo que hemos recibido.
Aprendamos del ejemplo de David y hagamos de la oración el instrumento que nos acerque al Eterno cada día. Tanto si precisamos su ayuda como si le tenemos que mostrar nuestro agradecimiento por su generosidad.
Salmos 119:58
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira