Hoy por la mañana recibí un mensaje de mi hija n°4 sobre orar. Por la tarde Dios me habló sobre una situación muy concreta: “Ora por esto’’ . Después miré Facebook, donde una amiga había escrito: “Cuando no sepas cómo ayudar a una persona, ora por ella’’ .
¿Por qué muchas veces nos es mucho más difícil orar como primera reacción ante algún problema, tristeza o aflicción?
Sufrimos, lloramos, nos indignamos y luchamos contra molinos de viento (como el Quijote) Sin embargo, tardamos en llevar y entregar la situación a Dios.
Nuestra primera reacción debería ser: “¡Señor, socorro! Pongo esto delante de ti’’ . O también: “¡Señor!, visita la vida de esta persona que aflige mi vida y mi corazón!’’ . O, incluso: “Señor, cuida de esta situación, envía a tus ángeles. Espíritu Santo, visita, cura, libera y consuela’’ . Sin embargo, no hacemos eso.
Somos egoístas y egocéntricos. Queremos ver nuestras “nimiedades’’ siendo atendidas, pero no queremos rendirnos y obedecer. Porque tendríamos que dejar las pequeñas cosas de lado.
Cuando era pequeña, oí varias veces una canción que decía:
En ferviente oración, trae tu corazón
A la presencia de Dios, para ser derramado
Aunque sólo fluirá lo que estás pidiendo
Cuando lo dejes en el altar
Cuando todo en las manos del Señor esté
Y todo tu ser Él controle
Sólo entonces verás que el Señor tiene poder
Cuando todo lo dejes en el altar
Maravillas de amor te hará el Señor
Atendiendo a la oración que acepta
Su inmenso poder vendrá a socorrerte
Cuando todo lo dejes en el altar
Cuando nuestra primera reacción sea clamar a Dios, podremos descubrir el secreto de vivir en paz.
¿Estás afligido, con problemas, con tristeza o enfermo? Sea cual sea tu problema hoy, llévalo delante del Padre. Él es el único que puede dar una solución real. Pero hazlo con sinceridad en el corazón, dejando, como dice la canción, que Él controle todo tu ser.
Filipenses 4: 6-7: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos»
Elié Ferreira