No creo que Dios quiera exactamente que seamos felices, quiere que seamos capaces de
amar y de ser amados, quiere que maduremos, y yo sugiero que precisamente porque Dios
nos ama nos concedió el don de sufrir; o por decirlo de otro modo: el dolor es el megáfono
que Dios utiliza para despertar a un mundo de sordos; porque somos como bloques de
piedra, a partir de los cuales el escultor poco a poco va formando la figura de un hombre,
los golpes de su cincel que tanto daño nos hacen también nos hacen más perfectos.
Clive Staples Lewis