Como responderíamos a esta pregunta: Vivimos peligrosamente? Tal vez la mayoría de nosotros respondería que sí, porque asumimos el peligro que corremos en estos tiempos difíciles.
Pero muy pocos de nosotros lo haría afirmativamente pensando que vivimos peligrosamente por nuestras conductas y por nuestras actitudes que se alejan cada vez más de lo ejemplar.
Pensando en esto reflexionábamos con un amigo acerca de que hemos perdido el temor y temblor del que nos enseñaba Pablo y vivimos de cualquier manera.
Es decir: Vivimos como nos parece mejor, más conveniente, más agradable. Pero pareciera que no somos capaces de advertir el peligro de lo que estamos haciendo.
En algunos países se afirma: Si te parece bien…hazlo. Esto significa que nos convertimos en jueces de nuestros propios actos y por tanto tenemos asegurada la absolución para cualquier cosa que hagamos.
Está claro que no respetamos ninguna advertencia y lo que es peor, tampoco nos preocupa transgredir una y otra vez las normas que nos fueron dadas.
Adán le transmitió a Eva la única limitación que tenían en el Paraíso, pero ninguno de los dos tuvo temor y temblor como para cumplir lo que se les había demandado.
Creemos que los tiempos se acortan y que los grandes acontecimientos que nos anuncia la Palabra de Dios, se aproximan. Podemos seguir viviendo peligrosamente o es tiempo de reflexionar y cambiar?
Salmos 119:148
Diego Acosta García