La historia del paralítico que es introducido por el techo de una casa para que pudiera quedar frente a Jesús, nos revela hasta que punto la fe puede provocar acciones inesperadas.
Los amigos del paralítico confiaron en Jesús tras escuchar su mensaje de Salvación. Y sin dudarlo se pusieron en acción para que el hombre privado de sus movimientos no quedara al margen de la bendición.
Ayudaríamos a un paralítico a salvarse?
Las condiciones en las que tuvieron que obrar son muy especiales, pensando en la circunstancia que el paralítico debía ser llevado por cuatro personas, como consecuencia de su imposibilidad para valerse por sí mismo.
Aún así sus amigos demostraron que verdaderamente lo eran a la hora de tomar la determinación de llevarlo ante Jesús.
Jesús vio sus hechos, no sus palabras!
Tuvieron que subirlo al techo de una casa, abrir un hueco para que pudiera ser bajado hasta la presente del Hijo del Hombre. Un auténtico esfuerzo tan elocuente como el mejor de los discursos.
Jesús perdonó los pecados del paralítico y ante ello, los escribas se preguntaron que autoridad tenía para hacerlo. Jesús respondió: Si puedo perdonar los pecados, también lo puedo sanar y lo mandó que tomara su lecho y se fuera a su casa.
La conclusión es tan evidente como impresionante: Jesús demostró que podía sanar al paralítico, para que todos vieran que también tenía Autoridad para perdonar sus pecados.
Esta es la certeza que tenemos, de que nuestros pecados están perdonados!
Marcos 2:5
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira