Excepcionalmente hemos utilizado una palabra en su versión griega, para poder destacar su importancia, tanto en su sentido más destacado como en otro que resulta muy adecuado analizar.
Fantasía tiene varias interpretaciones, pero uno de ellas es singularmente notable: Es lo que inventa la imaginación.
Es decir, es lo que se aparta de la realidad y se transforma en una imagen que es pura ficción y que no tiene referencias concretas.
Por esta razón llamamos fantasiosos a quienes se crean circunstancias distintas a las de cada día y algunos, hasta se convierten en notables artistas.
En el fondo estamos hablando de lo mismo: Hay una capacidad para desarrollar una irrealidad que llamamos fantasía.
La cuestión más seria de esto, es cuando alguien decide imaginarse un mundo de fantasía, porque no está de acuerdo con lo que el Eterno ha establecido.
Ese universo está poblado de imágenes gratas, en las que seguramente la persona que lo inventa, se convierte en protagonista esencial.
Estaremos de acuerdo en que cuando esa persona toma contacto con los hechos concretos, se enfrenta a una auténtica provocación de sus sentidos y de sus sentimientos.
Debemos orar para que estas personas se animen a enfrentar su propio mundo, el mundo en el que todos vivimos.
El universo fantasioso se aparta de lo que Dios ha establecido como Propósito para cada uno de nosotros, interpretando esto que somos piezas fundamentales en su Plan para los hombres.
Comprendiendo y aceptando esta Verdad, podremos lograr que nuestra realidad tenga sentido, que nuestros hechos comiencen a tener una proyección diferente de la que nos imaginamos.
La phantasia puede resultar altamente engañosa!
Salmo 138:8
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira