Es sorprendente el tiempo que le dedicamos a todas aquellas cosas que nos gustan o que nos entretienen y el que le dedicamos a lo que verdaderamente tiene importancia.
En realidad de lo que se trata es de utilizar con sabiduría nuestro tiempo, para administrarlo de una manera diferente a la forma en que lo hemos hecho hasta el presente.
Podríamos pensar: Por qué habíamos de cambiar de un momento para otro? La respuesta es: Simplemente porque un día hemos advertido que estábamos equivocados y llegó la oportunidad de enmendar el error.
Es necesario aclarar que es bueno tener cosas que nos gusten y nos entretengan, lo que es malo es que ocupen un lugar desmedido a lo largo de cada día.
Todos estos juicios están relacionados con el tiempo que le dedicamos a la Palabra de Dios, a estudiarla, escudriñarla y por encima de todas las cosas, a ser capaces de entender porqué debe ser nuestra Guía.
Muchas veces nos debatimos en la incertidumbre, sin saber qué hacer, qué decisión tomar y como resolver los problemas que nos afligen o nos preocupan.
Debemos aprender a tener la certeza que la mejor Guía que podamos tener es la Biblia, porque en ellas están contenidas la Sabiduría y el Amor de Dios por todos nosotros.
Salmos 73:24
Diego Acosta García