Frente a donde vivimos durante todo el verano se hicieron arreglos en los techos y también en la fachada del edificio, con el evidente propósito de prepararlo para las próximas lluvias y las nevadas.
Podríamos pensar que quienes viven allí decidieron ocupar parte del corto tiempo del verano en acondicionar todo para cuando llegue el largo tiempo del frío y sus consecuencias.
Viendo esto podemos advertir como el Señor nos enseña con todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Solamente debemos estar atentos a escuchar sus indicaciones.
Lo que comentamos es altamente llamativo porque los vecinos del edificio no pudieron aprovechar el maravilloso beneficio del sol porque todo el frente estuvo cubierto.
Es decir, sacrificaron el tan preciado verano y la esplendidez y el calor de su sol para prepararse para un tiempo completamente diferente mucho más largo y también más hostil.
Somos capaces de hacer esta clase de esfuerzos? Disfrutaríamos del sol y luego nos lamentaríamos en el invierno por la falta de previsión? Creemos que muchos de nosotros hubiéramos disfrutado del sol…
Aprendamos que en los tiempos mejores es cuando más debemos esforzarnos para cuando lleguen los tiempos difíciles y que son los que menos nos agradan.
Ser previsores es una forma de observar todo aquello que se nos ha enseñado sobre lo que el Eterno ha dispuesto para sus hijos. Estemos alertas y dispuestos a recibir sus enseñanzas!
Proverbios 4:13
Diego Acosta García
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