PROCESO

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Un amigo me comentó que era muy difícil ser cristiano.

No pude menos que estar completamente de acuerdo con él, no por mis ideas, sino porque el propio Jesús lo anunció.

Mi amigo insistió en su preocupación, porque veía como pasaba el tiempo y su vida no experimentaba los cambios que había pensado se producirían.

Le pregunté si esos cambios significaban cuestiones materiales…Y me respondió que sí, que estaba pensando en cuestiones materiales.

A las espirituales él creía que las tenía cubiertas a partir del momento en que aceptó a Jesús como su Señor y su Salvador.

Entonces comprendí que necesidad tenemos quienes nos declaramos cristianos de comprender verdaderamente lo que esto significa.

Y Pablo nos habló de ello: Es un proceso que se prolongará a lo largo de nuestra vida, para poder alcanzar la santidad que se nos demanda.

Y la cuestión clave radica en llegar a la conclusión que desde el momento de nuestro bautismo iniciamos un proceso.

Un proceso que no solo abarca nuestros comportamientos espirituales, sino también los materiales y de allí su enorme complejidad y dificultad.

Jesús siempre habló claramente, porque ÉL es la Verdad.

Si asumimos que estamos viviendo en un proceso continuo, tendremos que aceptar que un día tras otro iremos cambiando en pequeñas cosas.

Un día, por ejemplo, nos daremos cuenta que hemos dejado de mentir como lo hacíamos antes. Es decir, que mentimos menos que antes.

Quizás este ejemplo sirva para entender la naturaleza del proceso y su significado. Si comenzamos a dejar de mentir, también supone que hemos empezado a dejar de mentirnos.

Y esa es una buena señal.

Efesios 4:13

Diego Acosta / Neide Ferreira

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