La historia de Elías y la viuda de Sarepta es un ejemplo para quienes en tiempos difíciles debemos afrontar situaciones que aparentemente las agravan.
Es entonces cuando se ponen a prueba la profundidad de nuestras creencias y la fe que tenemos depositadas en el Señor. Por eso Elías no dudó en pedirle a la viuda todo lo que le podía dar.
Si la viuda se encontraba en una compleja situación también el profeta se encontraba frente a la obligatoria necesidad de cumplir con lo que Jehová le había mandado que hiciera.
Un hombre y una mujer tenían distintas obligaciones frente a Dios y tanto uno como otro debían apelar a sus conciencias para saber que del cumplimiento que hicieran al mandato recibido, habría consecuencias.
Elías había anunciado al pueblo de Israel años de sequía y la viuda se encontraba en el que podría ser su último día de vida, junto con su hijo a causa de su pobreza.
Las situaciones no podrían ser más excepcionales, pero es entonces cuando debemos comprender que el Poder de Dios se manifiesta en nuestras necesidades más extremas.
La Providencia que viene del Eterno es tan Grandiosa como lo es su Majestad Soberana sobre todas las cosas. Nunca dudemos del cumplimiento de las promesas de Jehová!
1 Reyes 17:14
Diego Acosta García