PURIFICACIÓN

Cuando se afirma que la Palabra de Dios es una fuente inagotable de Sabiduría, tal vez no alcanzamos a comprender la verdadera magnitud de lo que estamos manifestando.

Principalmente cuando se deja establecida la Grandeza de Jesús, como Hijo de Dios y su Poder para Salvación de los hombres como ocurrió en el Gólgota.

Significativamente unos 500 años antes de nacer Cristo, se profetizaba que sería el gran protagonista de la Historia humana, cuando se produjera su nacimiento de mujer en la Tierra.

No menos impresionante resulta para qué habría de nacer: Para Purificación del pecado y la inmundicia, que no es otra cosa que la muerte expiatoria por todos los pecados cometidos por los hombres.

Pensando en estos pasajes tan profundos, es bueno reflexionar acerca de nuestros hechos, de cómo recordamos a Jesús y de cómo lo honramos con lo que decimos.

En tiempos en los que fácilmente podemos advertir las señales que el mismo Jesús daría a los apóstoles, sobre el fin, es importante que pensemos en el propio fin personal.

Debemos prepararnos para el momento en el que dejaremos de ser lo que fuimos, para convertirnos en Ciudadanos del Reino.

Por estas razones recordemos a Jesús con la austeridad que Él mismo vivió cuando se hizo Hombre, por nuestra Salvación.

Zacarías 13:1
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

Deja una respuesta