Con el tiempo he tratado de llegar al significado más profundo de la advertencia que formuló Jesús, para que evitemos ser engañados.
He aprendido duramente que el peor de todos los engaños, es el que nosotros mismos nos hacemos!
Es cuando acepto que mi mente y mi corazón, me hagan llegar a conclusiones con las que nunca debería estar de acuerdo, pero que sin embargo… acepto.
Fácilmente puedo decir que a mí eso nunca me podría ocurrir, a pesar de que no es que me haya pasado una vez, sino muchas…
De allí las preguntas: Que diré cuando me enfrente al Eterno?
Le diré que me dejé engañar?
Le diré que no fui honrado con relación a todo lo que me fue enseñado?
Le diré que me permití traicionar el Pacto que Jesús formuló en la Santa Cena?
Cuando pienso en todo esto trato de enmendar mis actitudes, para no caer en los errores que me alejan del Hijo del Hombre.
Solamente con su ayuda, podré responder sin temor en la pregunta: Que diré?
Jeremías 17:9
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso;
¿quién lo conocerá?
Jeremias 17:9Jeremias,
Enganoso é o coração, mais do que todas as coisas, e perverso;
quem o conhecerá?
Diego Acosta / Neide Ferreira