Siempre me ha preocupado no buscar pretextos para no hacer lo que Dios me manda. Pero lo cierto es que muchas veces caigo en la tentación de ir en contra de mi voluntad.
Estaba obrando como dijo Pablo, que hacía lo que no quería!
Pero enfrentarse a las dudas es una tarea ardua y difícil, pero absolutamente necesaria para cambiar el rumbo de nuestra propia vida.
Me pregunto: Cuáles son mis dudas? Que las origina? Por qué me dejo dominar por ellas?
Y una por una voy tratando de definir la naturaleza de mis dudas y llego a la conclusión que más que dudas, son cuestiones que no me gustan y por eso las convierto en incertidumbre.
En realidad la duda nace en el corazón cuando dejo que mi confianza en el Eterno decline, a causa de cualquier circunstancia desfavorable.
Es entonces cuando el enemigo comienza a obrar en mi mente y a preguntarme cosas para las que no tengo respuestas adecuadas, precisamente porque mi fe ha disminuido y mi incredulidad a aumentando.
No dejemos que las dudas crezcan en nuestra vida, porque acabarán por destruir todo lo que el Señor ha levantado con tanto Amor.
Mateo 14:31
Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo:
!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Mateus 14:31
E logo Jesus, estendendo a mão, segurou-o e disse-lhe:
Homem de pequena fé, por que duvidaste?
Diego Acosta / Neide Ferreira