Jehová siempre ha tenido una especial preocupación con su Pueblo, para que nadie lo oprimiera ni cometiera actos de injusticia contra él.
Específicamente habló, para que ningún gobernante realizara malas acciones contra quienes están bajo su autoridad.
Es decir, el Eterno no tolera ni el saqueo ni el robo por parte de los gobernantes, de los del pasado, de los del presente y los del futuro.
Esta manera de proceder quedó claramente establecida con las advertencias que lanzó contra los Príncipes de Israel, para que corrigieran sus procederes.
Además les demandó que hicieran juicios, con justicia, como una norma esencial para que los hombres y mujeres que estaban bajo el mandato de los Príncipes, recibieran la justicia con equidad.
Es notable como estas advertencias formuladas por el Soberano hace alrededor de 2.600 años sigan teniendo vigencia.
No menos notable es advertir como a pesar de estas rotundas afirmaciones con gran proyección a través de los tiempos, no signifiquen nada para muchas personas.
La ceguera espiritual muchas veces lleva a la sociedad a negar a Dios, a ignorar aquello que ha determinado, aún cuando represente un claro beneficio para quienes la componen.
La ceguera se impone a veces sobre la propia conveniencia personal y se transforma en una dolorosa evidencia de la naturaleza humana, proclive a la rebeldía.
Es importante que seamos conscientes de esta realidad. El Todopoderoso nunca respaldó las malas acciones de los gobernantes contra los gobernados. Incluida la rapiña!
El Juicio final también llegará para quienes se consideran en libertad para obrar impunemente, precisamente, a causa de su poder temporal.
Ezequiel 45:9
Diego Acosta / Neide Ferreira